La salud del ecosistema es una metáfora utilizada para describir la condición de un ecosistema.[1][2] La condición del ecosistema puede variar como resultado de incendios, inundaciones, sequías, extinciones, especies invasoras, cambio climático, minería, sobreexplotación en la pesca, la agricultura o la tala, derrames químicos y muchas otras razones. No existe un punto de referencia universalmente aceptado para un ecosistema saludable,[3] más bien el estado de salud aparente de un ecosistema puede variar dependiendo de qué parámetros de salud se emplean para juzgarlo[4] y qué aspiraciones sociales están impulsando la evaluación. Los defensores de la metáfora de la salud defienden su simplicidad como herramienta de comunicación. "Los formuladores de políticas y el público necesitan conceptos simples y comprensibles como la salud".[5] Críticos temen que la salud del ecosistema, una "construcción cargada de valores", a menudo se "pase como ciencia a los responsables políticos desprevenidos y al público".[6]